La infertilidad es un tema complejo que puede estar influenciado por diversos factores físicos y emocionales. Uno de los más comunes, pero menos comprendidos, es el estrés. En este blog explicaremos la relación entre el estrés y la fertilidad, cómo afecta tanto a hombres como a mujeres, y qué hacer para manejarlo de manera efectiva.
Estrés: El mal del siglo
El estrés es la respuesta natural del cuerpo a situaciones percibidas como desafiantes o amenazantes. En pequeñas dosis, puede ser útil para enfrentar problemas. Sin embargo, cuando el estrés es crónico, afecta el equilibrio hormonal, el sistema inmunológico y, en última instancia, la salud general, incluida la fertilidad.
¿Cómo se relacionan el estrés y la fertilidad?
El estrés puede influir en la fertilidad de varias maneras:
- Desbalance hormonal: El estrés puede alterar los niveles de cortisol y adrenalina, afectando el equilibrio hormonal necesario para la ovulación y la producción de esperma.
- Ciclos menstruales irregulares: En mujeres, el estrés puede interrumpir el ciclo menstrual, dificultando la concepción.
- Baja calidad espermática: En hombres, el estrés prolongado puede disminuir la cantidad y calidad de los espermatozoides.

¿Cómo se refleja el estrés en la fertilidad?
En las mujeres:
- Alteración de la ovulación: El estrés crónico puede suprimir la liberación de gonadotropinas, lo que afecta la ovulación y disminuye las posibilidades de embarazo.
- Complicaciones en el útero: Algunas investigaciones sugieren que el estrés puede influir en la receptividad uterina, dificultando la implantación del embrión.
En los hombres:
- Producción espermática reducida: El estrés prolongado puede reducir el conteo de espermatozoides y afectar su movilidad.
- Disfunción eréctil: Factores psicológicos relacionados con el estrés pueden interferir con la función sexual.
Dale una oportunidad a tu fertilidad:
Hay algunas actividades que te pueden ayudar a controlar el estrés, ayudando un poco a mejorar tu fertilidad.
- Practica técnicas de relajación: Yoga, meditación y respiración profunda son herramientas efectivas para reducir el estrés.
- Haz ejercicio moderado: Actividades como caminar, nadar o practicar pilates ayudan a liberar endorfinas, conocidas como “hormonas de la felicidad”.
- Prioriza el sueño: Un buen descanso es crucial para regular las hormonas y disminuir el estrés.
- Habla con un especialista: La terapia psicológica puede ayudarte a identificar y manejar las fuentes de estrés.
- Apóyate en tu pareja o un grupo de apoyo: Hablar sobre tus emociones puede ser liberador y disminuir la sensación de aislamiento.

¿Qué hacer si la causa de infertilidad va más allá del estrés?
Si bien manejar el estrés ayuda a mejorar tu situación, no podemos asegurar que sea suficiente para lograr el embarazo. De hecho, en parejas con dificultades para concebir, el estrés suele ser el resultado de la situación, más que una causa latente. Muchas veces factores físicos, como problemas en los ovarios, trompas de Falopio, o en la calidad espermática, pueden estar involucrados.
Si has intentado concebir durante más de 12 meses (o 6 meses si tienes más de 35 años), considera acudir con un especialista en fertilidad para realizar un diagnóstico de fertilidad. Puede ser que necesites echar mano de técnicas de la Reproducción Asistida, como la Fertilización In Vitro (FIV) o la Inseminación Intrauterina (IUI). Éstas pueden ser una opción efectiva para superar los obstáculos que estés enfrentando y por fin lograr tener la familia que estás deseando.
Tú decides cuándo es el momento
El estrés es un factor que puede complicar pero no impedir por completo la concepción. Lo más importante es identificar qué pasa y actuar a tiempo, incluso se debe a algún otro impedimento. Por eso, en Nascere incentivamos acudir a un diagnóstico en cuanto comienzas a notar que algo no está bien o te preguntas si es normal. Nuestros especialistas están aquí para acompañarte y ayudarte a encontrar respuestas. Lo harán con un enfoque integral para ayudarte a manejar el estrés que puede generar no lograr un embarazo, además de diseñar una estrategia para conseguir tu objetivo.
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